Una artista reconocida a nivel internacional, pero, ¿qué se aprecia más, su arte o su vida?
Cuando vemos que habrá un evento sobre Frida Kahlo no podemos evitar compadecerla. No imagininamos lo que debe sentir un artista cuando se valora más su vida personal que sus obras.
Esto lo vimos durante el evento que se hizo en el Zócalo de la Ciudad de México, el cual concluyó el 7 de julio.
Un hermoso evento, eso es indudable, donde una Frida gigante recostada en una cama fue la protagonista. También hubo un recorrido de flores, varios murales con imágenes y frases propias y algunos íconos mexicanos, como calaveras.
La gente, feliz de poder ver este evento, aprovechó para ir vestida como la artista, tomarse innumerables fotos en cada rincón colorido y, por qué no, inspirarse de la magna figura.
Sin embargo, poco se vio de sus obras, lo que nos da a entender que las personas aprecian más a la artista que a sus pinturas. Esto le ha valido una serie de críticas por parte de los expertos atormentados, quienes consideran que Frida Kahlo es sobrevalorada.
Pero consideramos que para apreciar las obras de Kahlo debemos unir dos panoramas: su vida y su obra.
1. Su objetivo no era ser artista: Cuando estudiaba en la Escuela Nacional Preparatoria, en 1922, no tenía ni siquiera pensado dedicarse al arte. Realmente aspiraba a ser médico, sin embargo el terrible accidente en el autobús donde viajaba la dejó inválida. Mientras reposaba comenzó a pintar su primeras obras, esto era “para combatir el aburrimiento y el dolor”.
2. Mostró tener talento: Es verdad que sus primeras obras no parecen demostrar una disciplina artística, pero ya sabemos por qué. En cambio, sus últimas obras sí muestran una disciplina, combinada con su estética y definiendo un estilo particular. Esto nos da a entender que durante la creación de sus 200 obras aprendió más que muchos otros artistas, adoptando estilos de sus pintores favoritos y adquiriendo enseñanzas. Sin duda, algo que muchos artistas no hicieron por falta de humildad.
3. Sus obras son personales: No podemos juzgar a Kahlo por culpa del capitalismo, el cual le adoptó un valor monetario elevadísimo. Realmente sus pinturas son representaciones de su constante dolor, tanto físico como emocional.
Su orgullo racional la llevó a tener exposiciones que le valieron prestigio a nivel internacional, pero lo que muchos omitieron es que en cada cuadro podemos encontrar un diálogo introspectivo, cargado de simbologías fáciles de observar, pero difíciles de entender.
4. Un orgullo nacional: El valor que se le da a Kahlo no se debe únicamente a que haya sobresalido a pesar de su sufrimiento y su género (ya que se le representa como imagen feminista, pero de esto nada). Ver una obra de Kahlo es apreciar colores nacionales, vestimenta y un contexto histórico que merece ser recordado. Es por esto que obras de Frida son patrimonio de la humanidad.
5. Estilo único: Tuvo muchas influencias artísticas, ya que estuvo rodeada de la crema y nata del arte. Pero no importa quienes fueron sus grandes influencias, ella supo distinguirse bien. Esto se debe a que no hubo nadie que usara el estilo de los exvotos, que es una ofrenda que se hace a la divinidad para que se cumpla una promesa o para agradecer un favor hecho.
Conclusión
No es sobrevalorada, más bien es una artista fue de lo convencional, quien no pudo impedir la sobreexplotación de su arte.
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