No es raro ver los intentos de inclusión en la industria de Hollywood, desde años atrás ha sido el objetivo de muchas películas.
Parece que los conflictos no pueden separarse del humano, impulsados por las distintas ideologías, creencias y objetivos. Pero jamás serán tan cotidianos como para el humano artista.
Ya sea por la necesidad de expresarse o porque su creatividad no le permite comprender ciertos límites impuestos por la sociedad.
Lo hemos visto en casi todas las áreas artísticas, ya sea la pintura, la música o la literatura, y cada una ha marcado una época relevante. Pero actualmente lo vemos más presente en el cine.
Desde films para niños, hasta obras que se dirigen a un público con un criterio más amplio, el cine actual nos está bombardeando con una serie de mensajes que tratan de oponerse a la intolerancia, el racismo, la exclusión y hasta la represión.
No ha sido la única vez.
Por allá en la época de Adolfo López Mateos (1958-1964), se realizó una película que trató de retratar la cara oscura del gobierno mexicano: La Sombra del Caudillo (1960).
Basada en la novela del escritor y periodista Martín Luis Guzmán y dirigida por Julio Bracho, narra bajo una visión crítica la historia de la sucesión presidencial que ocurrió justo después de la revolución mexicana, el cual estuvo repleta de asesinatos, traiciones y conspiraciones entre partidos políticos.
Julio Bracho no tuvo temor de presentar esta película, ni siquiera de mostrar los personajes ficticios que son en sí una representación de los hombres que se jugaban el gobierno del país.
Sin embargo, esto le ganó una censura de treinta años, pues la época en la que se creó el film no se respetaba la libertad de expresión, a causa del autoritarismo del gobierno.
Este es solo un ejemplo de muchas obras cinematográficas, que durante esos años se esforzaban en criticar los gobiernos tiranos, el sistema capitalista y a la burguesía, sin importar el país en donde se filmaron. Destacan films como Viridiana, Matar un ruiseñor, Dr. Strange Love, entre otros.
En la actualidad.
Por difícil que parezca creer el racismo, la desigualdad y la intolerancia están aún muy presentes, y el cine ha servido para expresar esas inconformidades. Lo anterior, aunado con las observaciones y exigencias del público que han caído en cuenta sobre el estereotipo de belleza en la industria cinematográfica hollywoodense: blancos, rubios, altos y delgados.
Pero todo esto pasó por varias fases, las cuales podemos enumerar.
1. Adiós a la homofobia: Cuando Sean Penn ganó como mejor actor en la premiación de los Óscar 2008 por “Milk”, aún se escuchaban observaciones que trataban de menospreciar el film por su temática. Pero fue hasta el surgimiento de más películas con esta temática que el público en general comenzó a valorarlas, como “La chica danesa” (2015), “Moonlight” (2016), “Call me by your name” (2017), entre otras.
2. Sobre el racismo: Las películas que hablan del racismo son muchas, pero es hasta ahora que vemos avances significativos, como la inclusión de personajes afroamericanos con una gran relevancia en la trama. Hasta podemos ver películas de terror que van más allá del convencionalismo, respetando esta misma temática, como “¡Huye!” (2017) y “Us” (2019). Sin embargo, hay algunas que tratan de ser más directas con los mensajes antiraciales, como “12 años de esclavitud” (2014), “El infiltrado del KKKlan” (2018), “Green Book” (2018), entre otras.
Podríamos pensar que estas estrategias cinematográficas no tienen resultados, pues los avances han sido lentos. Sin embargo, no podemos olvidar que cada vez más vemos a un hollywood diverso, con películas que tocan temas sensibles, sin importar el impacto político que puede provocar.
Tal vez, en un futuro ni nos daremos cuenta de la inclusión, pues pasará a ser un valor cotidiano. Todo esto gracias a las grandes contribuciones de las personas, los medios de comunicación y el arte, en general.
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