Tres veces nominado al Nobel de literatura, actor, modelo y cantante. ¿Por qué suicidarse?
Yukio Mishima no sólo era un importante escritor japonés nominado tres veces al Nobel, sino que también era actor, modelo y cantante. Por esto mismo fue el escritor oriental más conocido en su época, ya que a nivel internacional llamaba la atención por su personalidad y su talento artÃstico.
Sin embargo, el 25 de noviembre de 1970 murió a causa del ritual harakiri o seppuku, con el que terminó por enterrar un cuchillo de 25 centÃmetros en su estómago, para finalmente ser decapitado.
Este ritual era muy común entre los samuráis, formando parte de uno de sus códigos éticos para expiar la deshonra, ya sea por el ataque de algún enemigo o por no obedecer sus propias órdenes.
¿Por qué lo hizo?
HabÃa terminado la Segunda Guerra Mundial, Japón y su gente sufrÃan las consecuencias del conflicto mundial, tras haber sido vÃctimas de dos ataques de bombas atómicas. Bajo ese contexto, muchos japoneses veÃan el declive de su paÃs: llegaban sus invasores a las calles y terminaba el imperio, con el que todo un mito alrededor de los emperadores habrÃa de finalizar con lágrimas en los ojos de su pueblo.
Como muchos, Mishima veÃa frustrado lo que pasaba a su alrededor, pero a diferencia de otros él era un gran defensor del emperador, por lo que no pudo simplemente cruzarse de brazos.
DÃas antes de su muerte, el escritor habÃa creado un escuadrón paramilitar llamado Tatenokai, con el objetivo de expresar sus inconformidades. No tenÃan más armas que sus palabras y las emociones, creyendo que podÃan persuadir al ejército nipón de hacer algo para levantar el imperio.
Es asà que el 25 de noviembre, junto a tres miembros de su movimiento, secuestraron a un oficial de alto mando y obligaron a las tropas del ejército a reunirse.
Yukio Mishima salió al balcón para expresar sus ideas e informarles sobre su plan para hacer de Japón el paÃs que era antes de la gran guerra. Pero todos se rieron de él, tomándolo como un loco.
Se rindió, el cambio de su paÃs era inevitable y no podÃa soportarlo, era mejor morir que vivir con el sentimiento que dejó su fracaso.
Les ordenó a sus tres acompañantes no hacer el ritual, ya que necesitaba de personas que sirvieran como testigos, asà no habrÃa de morir en el olvido.
Después de su muerte costó mucho trabajo entender sus acciones, pero al poco tiempo fue fácil comprenderlo. Era un genio, un artista y un hombre que creÃa en el honor, amó más a su paÃs que asà mismo.