Parece que los cineastas no se cansan de hacer un mal cine de terror, sabiendo que existen cosas que las caracterizan. Así que les facilitamos el trabajo y enumeramos lo que hacen mal, tal vez para que lo sigan haciendo.
Pet Sematary (El cementerio maldito), se estrenó el pasado 5 de abril y aunque nadie esperaba mucho de la película, sabiendo lo difícil que es darle justicia a las novelas de Stephen King, logró darnos una razón para desconfiar de las películas de terror.
Hay grandes excepciones, como Get Out (¡Huye!), The Witch (La Bruja), entre otras películas, quienes han logrado sacarnos sustos de la mejor manera posible.
Sin embargo, una gran parte de las películas del género del terror que actualmente vemos caen en los mismos errores, lo que hace que los sustos se queden únicamente en los screamers.
Y este fue el mismo caso, pues no les importó a Kevin Kölsch y a Dennis Widmyer que ya existiera una película con el mismo título en 1989, dándoles suficiente tiempo para pensar en cómo hacer una película que fuera digna de recordar. En cambio, cayeron en el mismo error que hacen de estas películas malas.
Es así que inspirados en esta película, te damos los consejos para hacer una película de terror al estilo contemporáneo.
Que no te importen los personajes: Antes de poner a los personajes en una mala situación deberán contar con una historia, ya sea para poder empatizar con ellos o entender ciertos rasgos psicológicos que nos ayuden a explicar sus comportamientos. Un claro ejemplo lo vemos con Jack Torrance de El Resplandor (también novela de King), cuyo pasado alcohólico vamos descubriendo mientras pasa la película, así intuimos que su debilidad psicológica le permitirá enloquecer en el hotel. Pero si quieres hacer una mala película no debes dejar que el público conozca a tus personajes, solo ponlos en una escena de terror, que se espanten lo más real posible y que se comporten como nadie lo haría.
Todos deben ser tontos: Si escuchas un ruido en tu casa no te pondrías a gritar “quién anda ahí”, lo lógico sería llamar a la policía y ponerte en un lugar seguro. Pero no debe importante darles un poco de sentido común a tus personajes, así que hazlos tontos y facilita el trabajo de los asesinos, fantasmas y monstruos, ya que lo importante es ver sangre y muerte.
Deshumaniza: Una de las cosas más difíciles al hacer estas películas es darle relevancia a un personaje, sobre todo si su destino es morir por causas paranormales o en manos de un asesino. Así que no te compliques y crea personajes que sirvan únicamente para morir de una forma espantosa. A decir verdad, nadie espera volver a ver una película como Psicosis, en donde cada muerte aportó a la investigación de los asesinatos de Norman Bates.
Guíate por los estereotipos: La novedad no es una palabra que se dice en la mayoría de estas películas, así que guíate por los estereotipos. Es decir, mata al afroamericano, a la rubia sexy, al anciano tierno y lastima gravemente al personaje guapo. Puedes variar un poco, que el afroamericano sea el héroe o que la rubia sexy sea la más sensata, pero nunca te desvíes de los universitarios y la familia que recién se muda.
Si es de exorcismos es verídico: El público es bastante flojo y no se pondrá a averiguar si es verdad lo que cuentas en la película, así que no te preocupes si dices que la historia está basada en hechos reales. Para hacer esto solo debes procurar hablar de una casa embrujada que todos puedan ubicar y que las personas reales no lo desmientan como pasó en Cañitas.
Deja para secuelas: No importa el desgaste y las muertes por combatir el mal, procura dejar un final confuso en donde el asesino, el demonio o el fantasma no esté del todo aniquilado. Eso sí, ya que la primera no será una película del todo buena deberás hacer que la siguiente sea peor.
Con un poco de ilusión esperamos que los directores recapaciten en esto y comiencen a hacer un buen cine de este género.
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